Pd: Ah y las faltas de ortografía me producen una ternura infinita!
sábado, 31 de mayo de 2008
Vivir la vida
Pd: Ah y las faltas de ortografía me producen una ternura infinita!
martes, 27 de mayo de 2008
Noche extraña
jueves, 22 de mayo de 2008
La Bola de Cristal
Una sonrisa de buenos días, por favor, para la que fue un gran ejemplo de libertad creativa: nuestra "bola de cristal"!
martes, 20 de mayo de 2008
Chris Cornell - Can't Change Me
Esta canción fue durante una temporada una de mis favoritas, y hoy ha vuelto de nuevo (y sin avisar) a sonar en mi cabeza. Todo un privilegio haber podido ver aquel concierto acústico de Chris Cornell hace ya mucho con alguien tan especial... Os la recuerdo, Lilith.
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!!
Cuadro: El grito - Vicente Martínez
Estoy harta:
de mi escoliosis dorsolumbar
de mi dismetría pélvica
de mi rotación vertebral
de mi condropatía rotuliana (bilateral)
de mis ciatalgias (recurrentes)
de mis lumbalgias (recurrentes)
de mis cervicalgias de repetición
de mi fastitis plantar
de mis tendinitis (aquílea y rotuliana)
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!
sin embargo gracias a esa serpiente de hueso blanca y retorcida
cada día (unos más y otros menos)...
CAMINO.
lunes, 19 de mayo de 2008
Hijas de la tormenta
Lilith, a pesar de...
Cae sobre el cinturón de herrumbre y la llave que mata el deseo.
Cae sobre la madre que camina buscando leche para el hijo muerto.
Cae sobre el campo de refugiados de la madre que camina,
y sobre todas las madres refugiadas
y las que subieron preñadas al cayuco,
el que las llevó a la orilla y el que naufragó.
Cae sobre los peces cadáveres de la costa de Canarias y de la de Cádiz
y de la de Málaga.
Cae sobre los ojos de los bañistas que fingieron huir por medusas humanas en descomposición.
Cae sobre el llanto añorado del bebé que se desprendió del vientre
ante el dolor de la impotencia.
Cae sobre el vientre de la estéril a pesar de los avances de la medicina
y sobre las que llenan orfanatos en china y ya han cumplido cuatro años.
Cae sobre la espera, la espera larguísima de la que ama lo perdido.
Cae sobre La Mujer Rota de S de Beauvoir.
Cae sobre las que amaron demasiado y se perdieron a sí mismas.
Cae sobre el maldito hombre espejo y su reflejo distorsionado.
Cae sobre Brigitte y Paula, Las Amantes, de E. Jelinek.
Cae sobre las que buscamos en la literatura una fingida vida paralela.
Cae sobre las que perdimos la conciencia del centro,
sobre las que sobrevivimos a la inercia y las que murieron en el intento.
Cae sobre las que se creyeron locas, las que lo disfrutaron
y la madre judía de A Ginsberg.
Cae sobre las que venden su sexo, las que lo alquilan o las que sufren su amputación.
Cae sobre los ojos del hombre que vio en la mujer una muñeca hinchable.
Cae sobre la venda que cubrió de objetos el alma de esa mujer.
Cae sobre la mujer que ve en su semejante a una enemiga,
sobre las que compiten por un pedazo de carroña que llevarse al sexo.
Cae sobre las heridas donjuanescas, las auto-provocadas fruto de la repetición.
Cae sobre las que perdieron el Norte y no por que quisieran
viajar hacia el Sur.
Cae sobre las enterradas por ser aprendices de top model con 30 kilos y catorce años.
Cae sobre la psicosis y la neurosis y la falta de profesionales.
Cae sobre la que quiso viajar y dio tres vueltas a su casa.
Cae sobre la que no viajó por gusto y se enterró en vida para olvidar la aldea.
Cae sobre las revistas religiosas, y la mujeres que las ofrecen en grupo.
Cae sobre el concepto de pecado, cae sobre Eva sumisa, y el hombre que borró de la Biblia a Lilith
a goterones sordos cae el agua.
sábado, 17 de mayo de 2008
facunda
facunda es una sombra, algo que se escurre, lo que queda de uno cuando se va, lo que crees ver cuando no miras. facunda estornuda penas, ríe verdades, esconde besos, los ignora mientras busca con los ojos a una persona que no pasa. facunda silva, coge el metro, trabaja poco, vuelve a casa, piensa, sonríe, regaña, fuma porros, los deja, enferma, sana. facunda esta sola y acompañada. facunda es uno y trina; es antes durante y después; arriba y abajo; a un lado y al otro; nula e infinita; armónica y disfónica... facunda te observa e ignora, depende. facunda eres tú, soy yo, no es nadie, rayo de estrella, residuo de pesadilla mañanera, fobias y anhelos, amistad... puede que facunda sea sobre todo eso amistad, música. los demás y tú en medio.
viernes, 16 de mayo de 2008
No sé... pero duele
jueves, 15 de mayo de 2008
Una vida es una vida.
La muerte no tiene reparación y crea un daño brutal a una familia vertebrándola de manera salvaje.
Desde ayer he oído en la calle comentarios de todo tipo: que si se lo merece por ser guardia civil, que él ya sabía a lo que se exponía, que en una guerra hay daños colaterales, que se puede lamentar pero no condenar porque esto implica seguirles el juego a fulano y mengano.
Y yo me pregunto:
-¿estamos en contra de la pena de muerte? Yo por lo menos sí, venga de donde venga. Esto es un tipo de pena de muerte, tan patético y condenable como cuando ocurre a la inversa.
- ¿se lo merece por ser guardia civil?, por la misma tónica se merecerían los miembros de ETA la muerte y la tortura si nuestro punto de vista político fuera diferente. No es que yo tenga ninguna simpatía por los cuerpos de seguridad, sino más bien lo contrario; pero, entonces , el que piensa que los indigentes son basura, ¿tiene derecho a matarlos?, sería una tónica parecida.
- ¿él ya sabía a lo que se exponía? de la misma manera justificaríamos la violación de una prostituta, me niego.
-Yo no voté en las pasadas elecciones por decisión propia de acuerdo con mi pensamiento político y no por seguirle el juego a ETA como algunos nos querían hacer creer, ahora condeno el atentado por decisión propia y no por seguirle el juego al psoe, pnv, pp, etc.
Bueno, se abren vías de reflexión, ya me diréis.
martes, 13 de mayo de 2008
domingo, 11 de mayo de 2008
Este agüelo! (un relato de Amor)
A mis abuelos Landelino y Ángeles, por tantos años de dulzura.
Hoy has madrugado más que de costumbre. Te has levantado de la cama y tras mirarme a los ojos me has dicho “m’em vaig a buscar la meua dona”. Yo he pretendido pararte, te he dicho “on vas güelo?, que no veus que encara es de nit?” y he hecho un esfuerzo por levantarme rápido de la cama. Entonces, he oído la puerta de la entrada cerrarse de golpe. Como he podido, he cogido el andador y me ido arrimando a la ventana del comedor, para ver por dónde te ibas. Me he quedado un poco más tranquila al ver que cogías el camino del parque, tu parque y he intentado llamar a “les filles” pero no me he aclarado con el teléfono.
Después del paseo (hemos dado la vuelta a la manzana), hemos visto de nuevo la tele, y tú has leído todo lo que salía escrito en la pantalla. ¡Qué bien lees! y “quina fam que tinc!”. Dora nos ha dado de “sopar” a las ocho y a las nueve y media, sin avisar, has dicho que te ibas a la cama y “la agüela també”. Como aun no había llegado la filla para dormir, me he ido a la cama contigo para que no te enfadaras, y no he podido ponerme el camisón. Así que me he acostado vestida hasta que te he oído roncar. “Quins pulmons!”. Ay Este agüelo!
sábado, 10 de mayo de 2008
La abuela Dolores
Autor Juan Cordero Ruiz
La abuela Dolores, que nació hace dos siglos, era una andaluza de pura cepa con moño y delantal. Vestida siempre de negro, promesa de un luto que no era por mi abuelo que estaba vivo, rezaba el rosario con el mismo fervor que recitaba poemas o tarareaba antiguas canciones de tradición oral. La abuela Dolores, mi abuela, era mujer de aldea y culta, y no porque leyera mucho (que leía), sino porque el haber parido 10 hijos, perder tres, pasar la guerra, ser arrancada de tu aldea y trasplantada a otro lugar, enseña mucho, si no demasiado. Mi abuela no perdió jamás la sonrisa de su boca, ni se cortó el cabello que le llegaba a la cintura y a sus ochenta y tantos todavía era más negro que gris. Hoy sería el cumpleaños de mi abuela Dolores, mujer donde las haya, una de las responsables de que yo fuera, con apenas tres años: la niña-diccionario.
Nostalgia
Llueve sobre Barcelona. El ruido de los goterones perdidos golpeando un trozo de plástico me despierta. Hace tres días que no me aguanto a mí misma. Supongo que he llegado al final de la escalera. Allí donde la única opción es subir. La lluvia no parece para nada casual, sino, más bien, una advertencia. Si por lo menos pudieras llorar, me digo. Otra melancolía de persiana. De ésas eternas, de las tuyas. Recuerdo los cuatro brazos q me mecen a intervalos desde hace tres semanas. Siento una mezcla extraña entre agobio, rabia y vacío. Ha llegado la hora de cerrar historias. Un escalofrío me recorre la espina dorsal. ¿Será verdad q necesito estar sola? Me río del absurdo de la frase. Me río de mí misma. Es entonces cuando lloro. Tal vez podría sucumbir al nihilismo de tardes enteras delante del televisor. Hace tres días que no me aguanto a mí misma. Me siento frente al ordenador y soy incapaz de escribir nada. La misma acción desde hace dos semanas. Si no escribo me muero... Respiro hondo. Recuerdo un verso de Bernardo Atxaga: hay días malos en la vida... Voy a la estantería de los libros, busco aquél q me salve. Poesía será como en las situaciones de emergencia... Tres días sin aguantarse a una misma son una eternidad... toda regla tiene sus escorpiones.
viernes, 9 de mayo de 2008
PALABRAS
domingo, 4 de mayo de 2008
Noche loca
Dios era negro y venía por partida doble.
Hace tres años que no vivo de y para la literatura. Reconozco que ha sido un respiro pero, a veces, recaigo con gusto en mi droga y me sorprendo de lo fácil que es levitar en un mundo paralelo. Cuando viene así, sin forzarlo, sin proponérselo, sin asfixiarte, reconozco que el reencuentro con esta faceta de mi vida es de lo más placentero y sorprendente. Os pongo en situación: viernes por la noche, juerga salvaje, dios era negro y venía por partida doble. Usaré de nuevo la palabra efebo que ya había desterrado de mi vocabulario y usaré de nuevo la palabra objeto para definir a un hombre- cuerpo, obra sin acabar, materia prima para esta mente de pigmaliona obsesiva que crea y se recrea.
Estoy bailando dentro de un poema visual. Reconozco mi amor pasional por la negritud y me deleito con lo que queda de tribal en la danza de dios. Lo juro, no soy descarada, pero no logro pasar desapercibida. No sé mirar de reojo, yo observo, memorizo, fantaseo, descuartizo la imagen si hace falta. Dios se da cuenta sonríe y se desvanece. Menos mal que venía por partida doble. Observo ahora, voyeur como siempre, los calzoncillos que asoman del pantalón del efebo número dos. Mi hombre (el de verdad) se percata, me pega un codazo y se descojona. Sigo disfrutando del baile primitivo al que me ha llevado la música y el número elevado de dioses que ahora habitan la sala. Cuántos años sin un instante de mi famoso “amor universal”, donde la belleza inunda todo lo visible y lo invisible, y una se siente terriblemente dionisíaca y pagana.
Todo termina. El efebo segundo, novia en mano, me dice que no puede irse de la sala sin despedirse de mí, dos besos fraternales y la tranquilidad de ver al hermoso cubano marcharse convertido en puro mortal. El poema ha acabado. Giro la cabeza y busco al hombre que comparte mi vida. S, a su bola como siempre, cierra lo que para él también ha sido una noche memorable (hablo de música). Me alegro tanto de que sea humano y táctil y de no haberlo convertido jamás en literatura. Me sonríe a lo lejos mientras le ayudo a desmontar las cosas del concierto. Mejor “hombre” que muso, me digo. ¡Donde va a parar!