jueves, 4 de septiembre de 2008

Pre-texto



Bar-Du-Soleil-1961 by Henry Clarke


Conocí a Helena en el metro, concretamente en Miles Davis Station, lo cual sería algo a celebrar, si no fuera porque ella había quedado allí con Peter, mi Peter, y en principio no era más que otra mujer que añadir a la lista de lo que él llamaba sus “putitas ocasionales”. De qué coño hacía yo, una mujer culta ya bien entrada en los cuarenta, con un cabrón misógino como Peter –aparte de joderme la vida- os hablaré en otro momento. Ahora quiero remitirme a la escena.

Allí estaba él, en la plaza central, con su pelo canoso e impecablemente vestido, haciendo sonar la trompeta y tocando So what. Se notaba a la legua que no era un músico del metro sino un intelectual, la computadora tirada en el suelo y un buen par de libros lo delataban. A su alrededor un montón de jovencitas, atraídas por esa magia brutal que desprende Peter y que tan bien conozco, y al fondo – como si la escena no fuera con ella: Helena, con un sombrero negro de bombín a lo Sabina. Con el mismo tipo de sombrero, con el que yo me había presentado a la primera cita con el que hoy era mi marido hace ya 20 años. Otra literata pensé. Y a este cabrón todavía le funciona el truco.

Helena era más bien alta y terriblemente delgada, su aspecto era desvalido y frágil, aunque ella intentara ocultarlo tras sus tacones de aguja, sus medias de rejilla y una marcada línea de Kohl. Miraba a su alrededor con aire distinguido, como si las cosas triviales no fueran con ella. Se acercó al músico y Peter desafinó una nota. Un paso de nuevo y una nota perdida más. Otra jovencita atormentada deseosa de convertir su vida en novela, pensé. Otra creadora innata, me dije a mí misma, y Peter, el pre-texto.

20 comentarios:

La Maga Juglaresa de Carabás dijo...

En realidad, el pobre Peter es el zángano de la historia. Pero... ¿qué sabemos más de Helena?

Un besote, a ver si nos vemos las tres un día y deliramos un poco.

Myriam M dijo...

"Miraba a su alrededor con aire distinguido, como si las cosas triviales no fueran con ella..."

¿sabes quién inspiró esta frase hace un tiempo? supongo que sí

Helena todavía da para rato, tiene tres musas vivitas y coleando (ya me entiendes)

Ah, y tienes razón Peter era un zángano, si es que alguna vez existió,je,je...

Te quiero,

lilith

Anónimo dijo...

Lo que más me gusta de esta historia es que siempre estaremos dispuestas a retornar a nuestros Peters aunque sólo sea por el afán novelístico. Amén.

[tengo una cita con mi zángano en breve... creo que voy a ponerme mi disfraz de Morgana]

Myriam M dijo...

Mi niña es verdad ¿cuándo es el bolo del zángano supremo?

Ah, los zánganos no mueren después de copular... es un bulo Tinker, je,je

Diego dijo...

Está muy bien condensado, hay toda una novela allí atrás. Ahora explícame eso de "pre-texto". Un abrazo.

SERHUMANA dijo...

Si que dijiste mucho... me quedo con ganas de saber algo mas.

Pre-texto... el de Helena, por la cita. El de Peter... por sus citas. El tuyo... por Peter, Helena, y sus citas. No?

Besos Lilith!!!!!!

Anónimo dijo...

baby, nací Mantis para merendarme la cabeza del contrario...

Tengo un pre-texto antes del bolo. Ahora ya nada me duele.

Miriam G. dijo...

Yo debo estar haciéndome vieja, no quiero a ningún Peter en mi vida, ni a Peter Pan siquiera.

Un beso, Miriam G.

Anónimo dijo...

Me gustó tu blog, un saludo :)

Myriam M dijo...

Miriam G, yo desde que tengo un "hombre de verdad" tampoco...

aunque reconozco que literariamente mis Peters (hombres-niños-musos) daban (tal vez debería decir dan) mucho juego...

Un saludo,

Lilith

Arcángel Mirón dijo...

¿Quién cayó en las redes de quién? Helena no me parece inofensiva. En estas historias siempre hay dos responsables. Dos o más.

Tristancio dijo...

Qué puta manía (me sale decir:"quina puta manía"), la de algunos seres humanos el querer ser protagonistas de una mala novela, y pringar como el que más. Que conste que hablo en general, y no de este indicio de novela que resulta ser tu historia, que me ha encantado. Será porque soy otro pringao que anhela protogonizar una puta mala novela. (Como si no fuera suficiente la última). En fin, en fin, en fin (parece un tren tantos "enfines"), que escrius de putamare.

Abraçada.-

Myriam M dijo...

Gràcies Tristancio! Tens tota la raó... quina puta mania!

Una abraçada trans-oceànica

Lilith

Anónimo dijo...

Lo bohemio siempre atrae, como las mujeres fatales, el wisky que quema y el vórtice de la ley. Pro para los que somos unos cobardes siempre nos quedará la literatura, algo más segura. De momento.

Anónimo dijo...

La desconcentración y las notas perdidas fueron la primera señal. Me quedé con ganas de más, espero que la historia siga.

Un saludo

Anónimo dijo...

Bueno...esto tendrá continuación ¿no?

Dejame que te cuente dijo...

Siempre buscamos pretextos para lo que no tiene "escusas"...no te parece?¿...
tus textos siemrpe geniales lilith...
un besazo niña

MBI dijo...

Y?

Y Helena?

Y yo si esto no sigue.

Tengo que saber como acaba mi historia...

Miss Morpheus dijo...

Canoso, impecablemente vestido, intelectual... ¿quién necesita un (pre)texto? No soy cuarentona, pero seguramente sus notas se enredarían en mis piernas y terminaría cayendo...

Un relato estupendo. Siempre tan gráficos...

Anónimo dijo...

Una extraña pareja, pero que se repite a través de la historia, ¿como puede ser capaz de crear un "cabrón misógino"?
las incongruencias de esta vida eh!
un abrazo