domingo, 26 de octubre de 2008

Thanks for nothing

To Mónica and Maga Despistada by John Giorno:




"There are no rules for poets"



"Poetry is about the wisdom of life"


"Rap is a poetic form"


"Poets never get paid, so we all have a lot of freedom"


"Poets have to be fearless"


jueves, 23 de octubre de 2008

My Favorite Things



El secreto de la comunicación...

Para profundizar leer: Friego los platos con Bill Evans

miércoles, 15 de octubre de 2008

Un cos de la nit



Feminine Landscape



Un cos de la nit[1]

1

– No sé – respondo, con cierta indiferencia, a la dañina frase de Roger – , la verdad es que no creo que la soledad me asegure nada, más bien... – estoy dispuesta a contraatacar para defenderme cuando reparo en lo ridículo de la situación. Roger se comporta como un animal herido, se mueve a golpes rápidos y es incapaz de clavar las pupilas. Los ojos grises, que tanto me gustaban, están ahora tremendamente confundidos. Sus manos dan vueltas de un modo compulsivo a los calzoncillos amarillos de algodón a cuadritos que, dados sus treinta y pico, intuyo son una última compra materna. Uno de los calcetines no aparece, por lo que se pone el zapato izquierdo sobre el pie descalzo. La camiseta azul marino, que hace varias horas tuve que arrancarle dada su timidez, es introducida en un gesto reflejo infantil dentro de los pantalones. Ni siquiera se da cuenta del error, de que la camiseta hace más de quince años que no ocupa este lugar. Son las cuatro de la mañana y es demasiado tarde para que echen a la calle a cualquiera. Pero esta noche yo...
– Lo siento, ya sabes que estoy pasando un mal momento– digo poniendo cara de pena e intentando suavizar las cosas. – De verdad, siento que tengas que marcharte a estas horas... es mi maldito insomnio... no te dejaría dormir nada, y visto así... – Clava en mis ojos una mirada de compasión y sé que he elegido la estrategia errónea. Hay gente que siente una ternura incomprensible hacia los seres desesperados. Estoy empezando a parecer desesperada y Roger es uno de esos tipos de los que es imposible librarse cuando una les despierta el mecanismo de la ayuda. Intuyo que es demasiado tarde para mostrar otra cara...
– No et preocupis, ho entenc[2] – dice recuperando la lengua materna, mientras escarba entre los objetos de la mesita en busca de su tabaco de liar.
– Creo que lo dejaste fuera – respondo sin levantar el culo de el colchón. Sé que es lo más adecuado en estos momentos: acelerar la despedida. Dejar que quien sea se esfume lo más rápido posible, olvidarlo todo e intentar dormir.
– Ah, gràcies[3] – dice Roger mientras desaparece por la puerta de la habitación. Tarda en volver aproximadamente diez segundos que, dada mi hiperactividad mental, se hacen eternos. Al quedarme sola empiezo a analizar, compulsivamente, todos y cada uno de los hechos de la noche anterior intentando buscar el inicio del fin. La cena, la visita a la galería, el paseo... Y yo que pensaba que con alguien como Roger las cosas serían diferentes. Pues nada, lo mismo de siempre.



(continuará)




[1] Un cuerpo de la noche
[2] No te preocupes, lo entiendo
[3] Gracias






jueves, 2 de octubre de 2008

Me llamo Sofian



Jaques Beaumont - Meres Et Enfants

Me llamo Sofian, nací en Zir-zir y hoy a los 14 años, una vez cumplida la mayoría de edad, emprendo el viaje. Nacer en Zir-zir es decir irse, es decir amarrarse a las faldas de tu madre, disfrutar de ser niño mientras ella se aguanta la pena, no conocer padre alguno y, como tantos otros, volar.
Zir-zir no es pequeña ni grande, es simplemente Zir-zir: una ciudad escuela donde aprender lo necesario para el viaje. Una ciudad espejo, donde las mujeres se miran para recordar que existen y los hombres - mejor dicho hombres-niños - apoyan sus manos antes de decir la última palabra. Una ciudad calambre, donde la pena es un río subterráneo, a pesar de ser terreno de secano, y el hambre es hambre y no es broma. Una ciudad puñal, porque las niñas se lo pasan jugando, quitándoselo de las manos, y las madres lo llevan clavado entre las cejas para no llorar más.
Me llamo Sofian, tengo 14 años y nací en Zir-zir, una ciudad de África, donde tú nunca irás.