miércoles, 15 de octubre de 2008

Un cos de la nit



Feminine Landscape



Un cos de la nit[1]

1

– No sé – respondo, con cierta indiferencia, a la dañina frase de Roger – , la verdad es que no creo que la soledad me asegure nada, más bien... – estoy dispuesta a contraatacar para defenderme cuando reparo en lo ridículo de la situación. Roger se comporta como un animal herido, se mueve a golpes rápidos y es incapaz de clavar las pupilas. Los ojos grises, que tanto me gustaban, están ahora tremendamente confundidos. Sus manos dan vueltas de un modo compulsivo a los calzoncillos amarillos de algodón a cuadritos que, dados sus treinta y pico, intuyo son una última compra materna. Uno de los calcetines no aparece, por lo que se pone el zapato izquierdo sobre el pie descalzo. La camiseta azul marino, que hace varias horas tuve que arrancarle dada su timidez, es introducida en un gesto reflejo infantil dentro de los pantalones. Ni siquiera se da cuenta del error, de que la camiseta hace más de quince años que no ocupa este lugar. Son las cuatro de la mañana y es demasiado tarde para que echen a la calle a cualquiera. Pero esta noche yo...
– Lo siento, ya sabes que estoy pasando un mal momento– digo poniendo cara de pena e intentando suavizar las cosas. – De verdad, siento que tengas que marcharte a estas horas... es mi maldito insomnio... no te dejaría dormir nada, y visto así... – Clava en mis ojos una mirada de compasión y sé que he elegido la estrategia errónea. Hay gente que siente una ternura incomprensible hacia los seres desesperados. Estoy empezando a parecer desesperada y Roger es uno de esos tipos de los que es imposible librarse cuando una les despierta el mecanismo de la ayuda. Intuyo que es demasiado tarde para mostrar otra cara...
– No et preocupis, ho entenc[2] – dice recuperando la lengua materna, mientras escarba entre los objetos de la mesita en busca de su tabaco de liar.
– Creo que lo dejaste fuera – respondo sin levantar el culo de el colchón. Sé que es lo más adecuado en estos momentos: acelerar la despedida. Dejar que quien sea se esfume lo más rápido posible, olvidarlo todo e intentar dormir.
– Ah, gràcies[3] – dice Roger mientras desaparece por la puerta de la habitación. Tarda en volver aproximadamente diez segundos que, dada mi hiperactividad mental, se hacen eternos. Al quedarme sola empiezo a analizar, compulsivamente, todos y cada uno de los hechos de la noche anterior intentando buscar el inicio del fin. La cena, la visita a la galería, el paseo... Y yo que pensaba que con alguien como Roger las cosas serían diferentes. Pues nada, lo mismo de siempre.



(continuará)




[1] Un cuerpo de la noche
[2] No te preocupes, lo entiendo
[3] Gracias






6 comentarios:

Myriam M dijo...

Texto rescatado, tengo una contractura brutal en el cuello desde hace 10 días y no puedo sentarme a escribir... este textito es parte de un cuento antiguo algo mayor... os cuelgo pronto algo nuevo (eso espero)

Diego dijo...

"Hay gente que siente una ternura incomprensible hacia los seres desesperados."
Tengo una amiga que, como Roger, disfruta más siendo socorrista que amante. Para conquistarla, hay que tocarle el timbre llorando. Un abrazo, cuida ese cuello.

Anónimo dijo...

Ayer pasé con demasiada prisa por aquí...hoy vuelvo para leer lo que me dejé...Hummm quiero más me ha engachado tu historia. ¿Qué tendrán estas historias de relaciones que nos apasionan ;-)?

ARF dijo...

Bien rescatado, y triste...

No sé quién da más pena, él/la que parte dejando su alma en aquel sitio, o el/la que queda en compañia de su propia alma.

Saludos, y disfruté la lectura.

Miss Morpheus dijo...

No deseaba esos ojos grises o el torso que escondía esa camiseta azul marino... deseaba saber que Roger sería suyo. Ese fue el principio del fin; el momento en el que estuvo segura de haberlo conseguido.

Y es que los seres caprichosos nunca están conformes. "(...) lo mismo de siempre"

Myriam M dijo...

Miss para nada era un capricho, el fondo es mucho mayor pero no siempre se intuye en el fragmento...

Gracias por la información del Festival de Jazz de Madrid, las "grandes figuras" coinciden con las del festival de Barna que acaba de empezar, yo ya he seleccionado un par de conciertos que auguro irrepetibles...

Un saludo,

lilith