miércoles, 18 de febrero de 2009

Y volver a reír


Cotton Club by Michael Ochs

Y volver a reír con las cosas más simples: admirar una a una las increíbles fotos de A Century of Jazz, enciclopedia visual realizada por Roy Carr con una buena selección de fotografías atípicas (una de esas joyas que una compra en el Mercat de Sant Antoni un domingo cualquiera por 5 euros); comer por la calle un delicioso pastel de frambuesa de la pastelería Serra y chuparme los dedos de manera obsesiva; escudriñar desde el escaparate el interior de cada mercería de l’Eixample (lo reconozco buscaba medias de liguero para mi colección) porque sé que en ellas las señoras intercambian sus vidas a la vez que comparan botones; sentirme de nuevo la puta del gánster, y más ahora que a mi maromo ya no le falta ni el sombrero (broad chalk-stripe incluida) cuyo lazo americano he aprendido a hacer gracias a internet, lo mismo que el nudo Windsor de la corbata blanca…
Creo que hoy anduve, por primera vez en muchos días, media hora por la calle sin ningún pinchazo, despegué las manos juntitas de abuela (que son geniales para suavizar dolores y te permiten atropellar al resto de peatones) y dejé que los brazos ondularan libremente a su gusto. Ahora, para intentar paliar tanto atrevimiento y antes de hacer mi aburrida tabla de ejercicios de rehabilitación escuchando a Maceo Parker, he decidido obedecer a mi ergodinámico y ponerme un libro debajo de la nalga izquierda para nivelar la espalda al escribir (el sueño de toda adicta a la literatura); lo único malo es que perdí un buen rato eligiéndolo, al final un libro de textos selectos de Oliverio Girondo, de edición barata, que me trajo de Buenos Aires hace unos años aquel viejo amante que solía robar libros para mí.

10 comentarios:

josef dijo...

Reflexiones mientras se camina con clama por las callejuelas de la ciudad buscando lo que uno desea encontrar...Son momentos para relajarse y olvidarse de que uno vive en este mundo...Y no en un pasado que quizá pudo ser mejor...

Olalla Castro Hernández dijo...

Preciosa! Qué bonito el nuevo aspecto de tu blog y qué bonito que escribas que sonríes y, sobre todo, que lo hagas... Te quiero! Nos vemos esta tarde!

Miss Morpheus dijo...

¡No sabes cómo me alegro!

Espero esas historias sobre Roma...

Un beso.

Diego dijo...

Bella crónica de un renacer. Celebro esa risa. Un abrazo.

Unknown dijo...

Mi niña, a ver cuando puedes retomar tus historias aunque sea con Ginsberg debajo del culo...

Te echo de menos, bloggie.

Anónimo dijo...

Reflexiones con la mejor música de fondo, como me gusta esto
un abrazo

Diego dijo...

Ubi es, Lilith?

Fernando García-Lima dijo...

Qué honor el que tiene Girondo! Seguro que no lo esperaba...

J.Mares dijo...

Cuando Oliverio Girondo se encontró bajo tu nalga,se quedaba callado escuchando a Billie, inspirado en tu piel para sus próximos versos... Buen y reconfortante paseo. Besote, guapa! Javi

J.Mares dijo...

A ver si nos encontramos en estos cruces de caminos... Besote, Javi