domingo, 17 de agosto de 2008

Cave canem (Morgana y los espejos)






Christian Coigny


Vine al mundo para dormir sobre un espejo, para que su helada superficie me devuelva, con cada mínimo roce, la belleza que me quita. Creo que existo para entrar en una habitación a oscuras e iluminarla entera. No es soberbia, es exactitud. Al cruzar una sala, atraigo inmediatamente todas las miradas. Camino despacio, felina, altiva. Me comporto distante pero clavo los ojos con fina precisión. Ellos sacan pecho, se rozan el cabello, ladean las cabezas, sumisos (algunos tal vez estúpidos). Ellas se plantan a su lado marcando su posición. Cuando es así, los miro más aún, hasta que tiemblan, hasta que ella le increpa.

Ocupo mi lugar solitario en la barra y normalmente elijo bien mis piezas. El chico tímido, mi favorito, no se moverá nunca. Si lo hace, si entra en el juego, tal vez pierda sus puntos en la conversación, a no ser que tenga unos ojos poderosos, entonces los perderá en el lecho, y las dos o tres noches (si salva la primera y no gatilla) me obligarán a deberle una ruptura digna de una relación. Si no acepta el adiós se volverá loco y deberé protegerme de nuevo; si es listo, si acepta las disculpas (en las que por no herirle, de nuevo mentiré y le diré que no sé amar, que él no tiene culpa), resarcido en su ego, elegirá a la mujer que quiera y la hará suya, la cuidará con esmero y ella me mirará con miedo. Eso sí, será amable conmigo, tanto que me hará sentir incómoda.

Mi mejor espejo es el otro: el otro que se aviva como el fuego al mirarme, el otro que me desea miedoso y que no me tendrá nunca, el otro que me embiste a solas, como quien hunde su puño en un delicado jarrón de porcelana. El otro, la otra. La que me acaricia con el amor de la envidia, la que anhela que me acueste con su hombre para que éste suba un escalón y llegue al pedestal, la que no tiene su fuego ni su locura pero sí una esperanza de futuro…

El último don Juan, el pavo real, el hombre maduro (generalmente artista o intelectual, generalmente poderoso) abandonará su harén de “Evas” y se acercará. A veces lo harán dos a la vez, lanzarán el guante para mi deleite, y herirán sus egos mutuamente hasta que yo me decante por alguno. El más diestro en la conversación, el que use menos tópicos, el que esté dispuesto a soportar una buena disertación intelectual hasta altas horas de la mañana, el que sepa discutir… ése tendrá el privilegio de disfrutar de mis palabras, de un suave beso en los labios y de una larga espera. No doy teléfonos. Sólo los cojo. Sólo yo elijo. No sé si mañana al despertar la misma persona me resultará interesante.

Un apunte, cuanto más herida esté por dentro, cuanto más descompuesto el puzle, cuanto menos me aguante a mí misma… más bella seré, más serenidad en mi rostro, más hermosas, ceñidas y resaltadas irán mis curvas, más negro en mis ropas, más profundidad tendrá mi mirada, más rouge, más kohl, en fin, cave canem.

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Sweet Little Nipples


22 comentarios:

Anónimo dijo...

Con los adjetivos precisos, describes a la la "perfecta vamp"...se nota que has estado en Berlín ;-)

Miss Morpheus dijo...

¡Cuánta soledad disfrazada de seguridad!. Tenerlo todo y no tener nada. Hasta la tristeza más profunda genera envidias cuando se muestra al mundo envuelta en seda.

Le has dotado de personalidad. La conviertes en un ser tridimensional. Hasta es posible escuchar el ruido de sus tacones mientras se aleja solitaria...

Un placer volver a leerte.

Arcángel Mirón dijo...

No es soberbia. Es exactitud.
Así como lo decís.

¿No duele, a veces?

Myriam M dijo...

Bruja, en Berlín no encontré a ninguna vamp, me decepcionó como en muchas otras cosas...

Miss morpheus, placer compartido!

No duele la belleza, sino el saberse bello y tener la suficiente "inteligencia" para darse cuenta del gran poder de manipulación que esto te otorga... es decir, haber perdido la inocencia y jugar al borde del abismo y elegir (no siempre se puede) si caerse o no...

Gilda, Morgana es unos de mis personajes favoritos, pero el texto se queda corto, búscala en sus enlaces y ya me dirás.

Un saludo a todas, qué grato estar de vuelta!

MATISEL dijo...

Hola, gracias por tu visita, así te he conocido y sinceramente, me encantó tu texto, me llenó, me siento próxima en lo que dices...

Besos

Diego dijo...

Qué grato volver a leerte, y precisamente con mi amor Morgana. En cada texto que leo sobre ella sigo buscando dónde estará su punto débil, en qué ángulo estará la bifurcación hacia su vulnerabilidad, con qué gracias se podría despistar a ese perro para que deje entrar. Algo debe haber, algún mal paso dará algún día, y entonces... Y tu prosa siempre profunda y exacta. Un abrazo.

MBI dijo...

Todo lo que oculta la belleza ...
acaba siendo ...fatuo y
denostado...

Perséfone dijo...

La verdad es que no sé si su actitud me despierta la más sincera admiración o, por el contrario, rechazo.

Un buen texto, sin duda.

Dejame que te cuente dijo...

guau...
que suerte....como se sentirarn las personas capaces de despertar tanta atraccion?...
aunque para alguien tan timido com yo....quizas ser asi de llamativa fuese todo un problema...
no sé..
un besazo corazon...encantada de tenerte de vuelta....me alegro de que hayas disfrutadod e tu viaje...
:-)

Unknown dijo...

A Morgana le quedan todavía muchos hombres por decapitar...

Myriam M dijo...

Por supuesto, Tinker bell, y yo pienso seguir inspirándome con sus correrías, je,je

J.Mares dijo...

Un buen relato, Lilith. Todos nos hacemos a nosotros mismos, pero hay quien, además, posee arte o magia: tu vampiresa lo tiene porque tú has sabido dotarla de esos valores tan particulares que hacen vibrar... Un besazo, Javi.

J.Mares dijo...

Un buen relato, Lilith. Todos nos hacemos a nosotros mismos, pero hay quien, además, posee arte o magia: tu vampiresa lo tiene porque tú has sabido dotarla de esos valores tan particulares que hacen vibrar... Un besazo, Javi.

Fernando García-Lima dijo...

Jaja, me ha encantado, qué gran femme fatale totale. Realmente, una situación muy similar a una entrevista de trabajo. Qué presión.

Besos y bienvenida.

Anónimo dijo...

Bella! Yo estoy en Barna desde el viernes. Ahora veo el mar por la ventana y te escribo mientras Bel juega a componer música con el amor recien hecho...No me quejo, pues... ;)

Te quiero! cuando esté en la ciudad, te llamo.
Mil besos, flor!

Anónimo dijo...

En verdad cave canem. Muy intenso tu texto. Me ha encantado. Si me lo permites te enlazo a mi blog para tenerte más amano.
Un saludo

Tristancio dijo...

Conozco la versión opuesta al personaje de tu relato, el hombre invisible. Pero definitivamente, me quedo con ésta. (Aunque me sienta como el "chico tímido" que está al final de la barra, mirando las botellas del bar...).

Un placer leerte...

Saludísimos.-

Diego dijo...

"El más diestro... ése tendrá el privilegio de disfrutar de mis palabras, de un suave beso en los labios y de una larga espera."

Yo quisiera saber qué pasaría si ese diestro despreciara el beso y se fuera sin más, agradeciendo tan sólo el privilegio de las palabras y sin mirar atrás. Espero que no te moleste que vuelva sobre ella, es que la quiero mucho como para verla tan invulnerable. Un abrazo.

Myriam M dijo...

No tengo ni idea Diego, pero Morgana vendrá pronto a visitarme. Ya le pregunto!
Un saludo,

Lilith

Diego dijo...

¿Preguntarle?, ni lo pienses. Porque ella te responderá con alguno de sus protocolos que la dejará otra vez invulnerable. No señor, hay dos tipos de personas: las que viven y luego escriben lo que vivieron, y las que escriben y luego viven lo que escribieron. Morgana es de las segundas, por lo tanto, para buscar sus flaquezas hay que presentarle algo que no haya escrito aún, obligarla a escribirlo luego. Un abrazo.

Myriam M dijo...

Me pillaste Diego, sé de sobra lo que le ha ocurrido a Morgana en casos similares (tiene la suerte de que sean muy pocos) y es bastante denigrante...
Como autora respeto su coraza y le ayudo a mantenerla porque soy consciente de su inmensa fragilidad...
Es un personaje que atrapa, incluso ha sido adoptado por otras escritoras amigas, pero que siempre se sale por la tangente si una intenta meterla en vereda.

Ah,se te olvidó la lectura: Morgana vive, escribe y lee con mucha intensidad y a veces se hace un batiburrillo con todo (no olvidemos que es muy joven: 23 años) aún así conserva una inocencia que muchas otras de mis personajes ya perdieron y una parte oscura que la hace capaz de morder y herir...

Por mucho que la conozca, confieso que a veces me da miedo. Si la vieras (porque existe, al menos físicamente), es tan hermosa que te deja sin habla...

Un saludo,

Lilith

Diego dijo...

Voy entendiendo. Muy bien, Lilith, hasta aquí llego, no intentaré saber más de lo que tú puedas decirnos, sobre todo por respeto a ese ser tan bello. Un abrazo.