martes, 22 de julio de 2008

Amor de pareja



Cornell Capa- The Savoy Ballroom

No creo en los amores de película (que duelen más que duran, que roban más que otorgan); ni en los amores literarios (que tantas veces viví sólo por el placer de lo que el dolor y la pasión mal entendida me daban para escribir); ni en las parejas abiertas (donde, en la mayoría de los casos, se establecen unas relaciones de poder tan fuertes que uno/a busca en cualquier espacio o persona aquello de lo que su vida/relación carece o, aún peor, entra a formar parte de una ridícula competición).

No creo en las relaciones adolescentes una vez pasada la veintena; ni en vivir en casas separadas a no ser que lo exija la distancia; ni en el “hoy sí y mañana ya veremos” (nunca bilateral) como modo de manipulación.

No creo en ese falso feminismo que sirve de excusa ante el miedo al compromiso; ni en el hombre que impone a su pareja su negativa a la paternidad; ni en príncipes azules; ni en princesas y menos aún en los cuentos de hadas, donde se supone que otro u otra ha de llegar a tu vida para salvarte de ti mismo/a.

No creo en las relaciones románticas cuando no hay mayor compromiso que el sexo (el sexo por sexo es mucho más sano en estos casos y evita malos entendidos); ni en la pasión irracional que te lleva a la locura de anteponer el otro a ti, sobre todo cuando no se lo merece; ni en el amor no correspondido.

No creo en las relaciones que se basan en la discusión y que solucionan por vía del lecho todos los conflictos; ni en las que se juega eternamente al chantaje emocional; ni en las que se impone por inercia un estado larguísimo de incertidumbre o impotencia.

No creo en todo aquello que yo considero que no es amor “adulto”…

Yo creo en la dulzura de la complicidad; en la ironía y la capacidad de empatizar; en la risa como principal fuente de comunicación; en el amor que se construye cada día con manos y pies; en el “yo soy así y así quiero que me quieras y si no me marcharé sin hacer dramas”; en el “tú eres así y te acepto tal cual y no te pediré flores” y en el “vivamos el hoy porque no sabemos que nos deparará el mañana”. Eso sí, todo con la mayor intensidad posible, con toda la dignidad de la que uno/a es capaz, sin perderse ningún detalle... porque estos amores, que por suerte no matan sino que dan vida, no aparecen muchas veces. He ahí su misterio y su secreto, real y cotidiano, como el buen swing.

11 comentarios:

Dejame que te cuente dijo...

que pedazo de fragmento...¡¡¡..
yo tambien creo en todas las cosas que detalla...o mas bien " no creo"..
pero lo malo es que no vivo de acuerdo a mis creencias...
por eso admiro tanto a quienes lelvan su vida al punto exacto donde se encuentra su corazon y su dignidad...



fijate que yo soy de jaen..vivo en un pueblo chiquititin que se llama JAmilena...
soy paisana de tu padre...¡¡..
la sarten de andalucia es la comarca que abarca sevilla cordoba y jaen en su parte mas oriental....



y por otro ado..
ME ENCANTARIA LEER TU LIBRO...¡¡.
pero me da palo que me lo envies por la jeta...asi que te lo tendria que pagar..
es caro'...ejejjejee (hija que estamos en crisis :-)

ahora en serio..
de verrdad que em gustaria leerlo...
gusta como escribes..y sobre todo me atree mucho la tematica del libro...
:-)
besosssssssssssssss

doctora queen dijo...

Mi amor de película: desapareció tras la inmensidad del océano sin tan siquiera atreverse a volver a mirarme a la cara. Mi amor literario: se perpetuó durante años llenando de malos entendidos una historia sin inicio ni final. Mi pareja abierta: acabó después de un buen amante que me dió lo que me faltaba. Mis relaciones adolescentes: no superaron nunca los dos meses, por suerte. Mis principes azules nunca dejaron de ser simples ranas adorables y algún que otro sapo, y yo nunca fuí la princesa de ningún cuento.

Y así podría seguir retratando mi vida en tus letras.

Que triste, pero tal vez que necesario, tener que vivir tantas experiencias diversas para darse cuenta de que el amor que sí valió la pena fué tan simple como encontrar una mano, unos ojos, un cuerpo y una mente que no te (so)juzgaron sino que te apoyaron y que desde el principio y a la larga, independientemente del final, llenaron de alegría los pasos. Ese es el amor que no mata pero que nunca muere.

Myriam M dijo...

Ay Martita! qué texto tan precioso! qué te voy a decir a ti de todos los amoríos por los que ha pasado tu hermana hasta llegar a los dos que me han querido bien ( que conste que de cada "no creo" por el que he pasado, yo he aprendido un rato largo...)

Fire, todo llega cariño, ya iré colgando más fragmentos de mi libro y lo lees en el blog, espero q algún día tengamos una distribución
decente y llegue a todos lados...

Un beso a las dos,

Myriam

Unknown dijo...

Ahora mismo no me veo capaz de hacer una lista de "no creos," pero cuanto más me equivoco más independiente y perra vieja me vuelvo. Lo único que tienen de bueno las desilusiones.

Miss Morpheus dijo...

Al igual que Doctora Queen, podría ponerle cara a muchos de tus "no creo". En su día me parecieron "amor", aunque tomando cierta distancia y pasado el tiempo, me di cuenta que no podía creer en ellos porque fueron ilusiones, oasis que creí ver en medio del desierto cuando la sed era tal que rayaba la desesperación. Sólo cuando tenemos cubiertas las necesidades básicas estamos en disposición de ver y apreciar el verdadero amor, porque si no, ocurre lo que tú describes: que buscamos que el otro nos libre de nosotros mismos, lo que siempre es un error.

Aprendemos, es cierto, pero, ¡jo, cómo duele...!

Anónimo dijo...

No todo aquello en lo que tú no creas ha de ser falso feminismo, ni falso a secas... Ni todo lo que no quieras o no soportes para ti ha de ser malo para los demás. Hay relaciones abiertas que no constituyen juegos de poder y relaciones cerradas llenas de reproches, chantajes y todo tipo de coacciones... Hay de todo, sista, y me parece que tus asertos son bastante precipitados. Algunas somos infinitamente felices con las opciones que hemos elegido, y creemos en ellas en cuerpo y alma. Puede que a veces cuesten, pero nos reconfortan y nos hacen sentir bien y, créeme, no nos eximen del compromiso con las personas ni con el mundo. Yo no juzgo tus elecciones, aunque difieran tanto de las mías. Por eso eres mi amiga, porque respeto tu "diferencia"... Besos!

Diego dijo...

Es cierto, no se ven muy seguido esos amores, y cuando se ven no siempre duran lo que uno quisiera. Lo que no se ve suele resultar sospechoso y no todos tienen tiempo o voluntad para creer. Pero hay que creer. Ha sido muy grato leerte. Un abrazo.

Myriam M dijo...

Mónica, sabes que desde que eres una perra vieja todavía me gustas más (si cabe). Está siendo un placer compartir contigo y con Nora todos estos días.

Olalla, cariño, ¿por qué te das por aludida? Si el texto deja claro que son mis conclusiones después de una sarta de experiencias... es como cuando dije en un poema de “Loba”:

Soy hembra de manada
de dos.

Miss Morpheus, gracias por la lista de ilustradores de tu último post, me ha sido muy útil.

Diego, estoy contigo: hay que creer! Y te lo dice alguien que “un día se marchó sin hacer dramas” y pasó cinco años consigo misma construyendo “no creos”, hasta que un día se tiró a la piscina de nuevo y sin flotador....

Muchos besos para tod@s y a disfrutar del veranito acalorado, como dice Fire.

Miss Morpheus dijo...

Algunos ilustradores más. Espero que te gusten.

David Aja

Frank Quitely

Barry Windsor-Smith

Brian Talbot

John Cassaday

J.H. Williams III

J.G. Jones

Unknown dijo...

CREER: tener por cierto una cosa que el entendimiento no alcanza o que no está comprobada o demostrada.
yo, desgraciadamente, hace tiempo que dejé de creer en nada. se varias cosas entre ellas que la amistad y el amor existen, por no hablar del dolor. pero en cuanto a las creencias me temo que primero dejé de creer en la pareja (en la mía). de ahí pasé a avandonar mi fé en la gente y con esta pérdida inmensurable se evaporó cualquier tipo de creencia en mi misma.
no me cargué el castillo de naipes a drede, lo juro, pero no conservo ni una de sus cartas. en su lugar hay un solar desierto.
me esperanza saber-saber de nuevo- que en estos tiempos no hay solar que cien años dure. te quiero mucho lilith, gracias por continuar creyendo

Myriam M dijo...

Hermosa, son personas como tú las que hace que yo siga creyendo día a día en la gente y gente como Ehmailer las que hacen que yo siga creyendo en el amor, pero tú sabes de todas las batallas que he perdido antes porque siempre estuviste ahí cuando los nubarrones o los fuegos artificiales

Te quiero mucho reina, cuando tu solar esté cubierto de un jardín, bueno en tu caso un bosque hermoso (que te pega más)... espero seguir a tu lado para compartirlo (yo también creo en que te pasará y ya me sabes medio bruja)

Un beso de color rojo,

Lilith