sábado, 5 de julio de 2008

Aquellas pequeñas cosas


Pasan los años y queda lo más simple, lo que parece pasar desapercibido, lo que mueve la noria y no deja huella… ¿O sí? Aquellas pequeñas cosas para las cuales no se requiere ningún aprendizaje académico, para las que una necesita tal vez desaprender, abrir los seis sentidos que posee…

Pasan los años y un hombre con el que compartiste seis años de tu vida es la mantequilla en la tostada o su forma de caminar; un amigo al que le has perdido el rastro hace ya mucho es un suave apretón de mano cuando no le salían las palabras; una madre es un flotador inmenso que te sujeta en la piscina y te abraza porque tu mejor amiga no te “ajunta”; un abuela muerta hace veinte años es un olor a talco y a caldo de jamón; un ex amante precioso es un dulce beso de costado; un padre es una canción, un verso o un delantal; otro amigo es Extremoduro a grito pelado en un coche de madrugada; Venecia es una escalera de escritores y una mujer; una hermana es una llamada de teléfono a deshora; otra hermana es su forma de probarse ropa ante un espejo; tu pareja es un diminutivo o un paso de funk en el salón; una casa es un sofá con un cojín para tu pierna pocha; unos alumnos son treinta piruletas haciendo ruido a la vez; una psicóloga es una sonrisa e incluso una carcajada; otra abuela es una aguja de coser en la mano; un abuelo es un televisor y el otro una gominola; el infierno es una canción que te salva mil veces; el cielo es alguien desconocido que te sonríe en el metro; un tren es una lágrima que limpia un viaje interno; una libreta es un paraíso que un día se pierde, y el paraíso sigue ahí; un orgasmo es un pedazo de sashimi en la boca; una beba es una ranita y un modo alucinante de respirar; yo soy alguien que baila por la calle dando saltos y tú la sonrisa que me mira un día y otro día sin juzgar…


pd:Nuevo ENTREVISTA EN LITERATA (página 14)

7 comentarios:

Dejame que te cuente dijo...

me emocionastes niña¡¡¡...
Muchas de las cosas que detallastes me son tan familiares....¡¡¡..
tu sobrina es un amor...y si la cursileria es asi de hermosa...bienvenida sea...
un besote

Miss Morpheus dijo...

Yo tenía un abuelo que me sacaba chicles chewing (creo que se llamaban así... esos del papel rojo y plateado) de las orejas. Era dolorosísimo, por el tipo de envoltorio que traían; aristas por todas partes.

Me dejaba las orejas encendidas, pero ese gesto era Él. Su ilusión. Mi ilusión. Nuestra sonrisa cómplice.

¡Al carajo con el miedo a los sentimientos! Esa "cursileria" es fruto del amor... y el amor, querida mia, es lo único que hace que este mundo siga moviéndose.

Un abrazo.

Unknown dijo...

El texto es precioso, Myriam. Se me han sucedido un torbellino de imágenes de ternura, me has hecho llorar. Me ha recordado un poquito al principio de la peli de Amélie, que siempre me hace llorar también.

Debe de ser que pasar página le emociona a uno. Estoy demasiado susceptible, jeje.

PD. Sin embargo, bendita vida académica. Estos también me hacen llorar.

MBI dijo...

xxxxx

negrescolor dijo...

Autofelicitaciones por el articulo en LITERATA!!!

Intente colgarlo en mi blog pero tengo problemillas...

Animo compañera que entre sobrinas, articulos y demás estamos en racha!!!

BESOS!!

Nania dijo...

Son aquellas pequeñas cosas que nos dejó un tiempo de rosas...
Cuantísima razón tienes, como tendemos a magnificarlo todo sin darnos cuenta de lo que al final nos queda, sigue guardándolo en tu cajoncito con cariño, que al final es lo bonito que queda...recuerdos
Un saludo. Nania :)

Cristina Romero dijo...

GRACIAS Myriam, cómo llegan tus palabras... las llevaré todo el dia conmigo... Abrazos!!!!