jueves, 24 de abril de 2008

Three Deuces


“Song is the wind time of memory”

James Maher

Tal vez estoy en 1944. Paseo por una calle que supongo que es La Calle. No lo sé por las luces de los clubs, ni por la gente que corre alborotada de uno a otro. Lo sé por el viento. El viento que sale arrasador de una de las siete puertas. El viento que compite con otros vientos. El viento que no tiene rival y que me llama como si fuera el mismo flautista de Hamelin. El viento de Bird.

Suena de fondo Groovin High. Tal vez estoy en 1944. Distingo ahora la trompeta de Guillespie. Duelo de vientos dirigiendo mis pasos autómatas hacia el Three deuces. Entro y oigo humo, veo humo, inhalo humo. Un humo denso y espeso que rodea los pocos focos que apuntan al quinteto. Una pequeña plataforma. Los músicos amontonados. La sala llena de rostros. Intento buscar un asiento vacío. Un lugar donde incorporarme al cuerpo de la multitud que me engulle. Llevo mi saxofón conmigo y es mi único pasaporte. Un saxo alto y una dosis. Tiemblo. Creo como Bird que uno entra en casa cuando tiene una aguja clavada en el brazo.

Hace un par de años que emulo sus solos. Quiero tocar como Bird. Ser como Bird. Tal vez estoy en 1944. El mundo está en guerra. Los muchachos al otro lado del atlántico bailan swing a escondidas. La palabra jazz está prohibida por los nazis. Aquí el jazz es ahora bop. Busca aires nuevos. Como todos los franceses y alemanes que bailan en nombre de la libertad. Como todos los boppers que escuchamos discos para escapar de la miseria. Como ella que ahora entra en la sala y deja salir su viento de tristeza con Strange Fruit. El silencio es nuestra forma de respeto a Lady Day. Callamos todos.

Estreno traje negro. Camisa blanca, sombrero nuevo. Todo lo que la mayoría blanca puede permitirse. Lo que les está prohibido a los que llaman “gente de color”. Tal vez estoy en 1944 y aún reina el infierno de la segregación. Pero el jazz no es así. El jazz es furia, viento. El viento que agita los manteles blancos y rojos al ritmo de las palmas de todas las manos. El que mueve el humo de todos los cigarros. Está prohibido el Lindy hop, han cerrado el Savoy y ya no se nos permite bailar juntos. Pero soñar juntos sí. Hacer el amor juntos sí. Morirse juntos fumando marihuana y escuchando Koko o Billie’s Bounce de Bird. Eso no pueden evitarlo.

Tal vez estoy en 1944 y soy un hombre blanco adicto a la heroína. Tal vez trabajo en una oficina y soy un abnegado padre de familia. Tal vez de noche me gusta volar. Venir al Three Deuces normalmente solo. Ganarme mi espacio entre el humo y la multitud de sombreros. Acariciar con la vista a alguna chica nueva. Mirar la sonrisa traviesa de Bird, las enormes mejillas de Dizzy y soñar, soñar por última vez, por si mañana muero, que suena un saxofón increíble y que, cuando sopla el viento, yo soy negro.

Apéndice- Three Deuces.

Bird. Bombillas blancas en la puerta. Mínimo un saxo alto y uno tenor. 1944. Calle 52 ¿Miles Davis? 18 años. Humo. Marihuana. Heroína. Mujeres. Flores en el pelo. Whisky solo. Ron. Focos rojos o azules. Luz escasa. Humo de nuevo. Mucho. Lady Day. Lágrimas. Risas. Guillespie. Una boina y unas gafas negras de pasta. Viento. Viento negro. Jazz. Be bop.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No puedo evitarlo, siempre que leo el título de este relato me viene a la cabeza "A Streetcar Named Desire" y el bar Four Deuces. Y hasta me acuerdo de Marlon Brando, y entiendo por qué las camisetas "imperio" se pusieron de moda, aunque a nuestros machos castizos no les sentaran tan bien.

Por cierto, creo que el Savoy aguantó bastante, hasta 1958, si no me fallan los números. Era uno de los pocos sitios en Harlem racialmente integrados... Desconozco los motivos del cierre, pero ¿verdad que es curioso que precisamente se cerrara justo en la época de pugna por los derechos civiles y antes del comienzo del Black Arts Movement? A veces tengo la sensación de que el Savoy cumplió con su función social necesaria en la época de la segregación y luego quedó obsoleto...

Me ha gustado mucho el cuento, Lilith, da mucho de sí.

Y si te puedo dar una recomendación, busca en las damas precursoras de Holiday: Bessie Smith y Ma Rainey. Llevo una época larga escuchándolas y me estoy enganchando peligrosamente al blues clásico.

Myriam M dijo...

Nena, que bueno lo de las camisetas imperio, je,je

El Savoy fue cerrado temporalmente en abril de 1943, en teoría porque los soldados habían contraído enfermedades venéreas por salir con mujeres de allí, en la práctica para que negros y blancos no se fueran a casa juntos después de bailar. Ya sabes que era una época dura y que había muchos disturbios callejeros en Harlem, no sé cuándo se volvió a reabrir después, pero es verdad que aguantó hasta 1958 y que fue todo un ejemplo de integración. He encontrado esta web:

http://www.streetswing.com/histmain/d5savoy1.htm


Gracias por lo de las precursoras de Billie, a veces también las oigo, pero en el cuento quería retratar la "leyenda" de que cuando ella entraba en un local la gente enmudecía.

Te echaba mucho de menos en la red, un besote

Myriam M dijo...

Oye TinKer Bell... tienes que escribir algo sobre Harlem, je,je, que nos lo debes después del congreso...muac